De todos los analizados en esta obra, este breve libro inaugura una serie de ensayos en donde se da una representación icónica que, en el caso de Monasterios de Valladolid, se observa a través de las plumillas de Adolfo Calleja. Como su nombre indica, Jiménez Lozano dedicó este sencillo volumen a seis de los más emblemáticos monasterios de la provincia de Valladolid: San Cebrián de Mazote, Santa María de Valbuena, La Armedilla, Santa María de la Espina, Santa María de Matallana y Santa María de Palazuelos. Todos ellos, con la excepción de San Cebrián de Mazote -que junto con Santa María de Wamba es la única construcción mozárabe de la provincia de Valladolid- son monasterios cistercienses en sus orígenes, lo cual no es pura coincidencia sino que revela una de las venas artísticas preferidas del escritor. Lejos de ser exclusivamente artísticos, los comentarios que ofrece Monasterios de Valladolid son de índole histórica e, incluso, antropológica. Existe un denodado interés en explorar las vidas de estos monjes en los momentos del máximo apogeo de sus cenobios, o cuando éstos vivían el otoño de su existencia. Del mismo modo, los rasgos más marcados del arte cisterciense de su primera época, la estética de la desnudez y el milagro de la luz, están igualmente presentes, aunque no con la descriptividad de posteriores ensayos. Interesa también resaltar el maridaje cultural producido en estas tierras castellanas durante la época medieval, reflejada también en la amalgama estilística del mozarabismo de San Cebrián de Mazote.
Textos adaptados procedentes de La escritura reivindicada: Claves interpretativas en los ensayos de José Jimenez Lozano (2005) de José R. Ibáñez Ibáñez
