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Poética

 

El autor, extraordinariamente celoso respecto a su biografía personal, dedica muchas páginas a hablar sobre la escritura: ¿qué es lo que quiere trasmitir sobre su experiencia?, ¿por qué esta insistencia en contar cómo nacen sus cuentos y sus historias? Jiménez Lozano quiere testimoniar, a través de la concreción de su oficio, la riqueza de la vida en su debilidad, la necesidad de conocer la dinámica gratuita de las cosas -siempre hechas de historias-, la urgencia por proteger a los desheredados, el impulso de decir que las cosas no son suyas, sino que se le regalan. Es la de Jiménez Lozano una cosmovisión en la que las cosas se nos revelan a través de historias y, por lo tanto, de acontecimientos. De tal manera, que su oficio mismo es metáfora de la vida y por eso siempre está a la espera de llegar a entrever ese día en el que se nos mostrará «el libro que contiene todas las historias». Ahora bien, mientras tanto, se nos regalan anticipos desastrosos o llenos de alegría de lo que será ese libro abierto. Por eso también en algunos textos de creación los narradores en los que se desdobla Jiménez Lozano describen esta tarea, y lo hacen crítica o dolorosamente, notarial o problemáticamente.
Un recorrido por estos textos nos permite reconocer algunos de los temas fundamentales del proceso de escritura. Por supuesto, podrían ser vistos desde otra perspectiva y ofrecen puntos de fuga abiertos. No obstante, creo que los elegidos son ilustrativos de esta historia única de Jiménez Lozano que es su escritura: consiste en la hermosura de un humilde oficio que lleva en el rabillo del ojo todos los oficios y que realiza la ascesis necesaria para poder tejer un manto a los hombres y mujeres que son sus historias; nos desafía abriéndonos una puerta hacia el todo desde sus fragmentos; nos hace partícipes de sus sabias amistades, gracias a las que se mantiene anhelando más vida, y nos revela cuál es su más querido interlocutor o el único crítico atendible.

[GA]

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