Atardecer de octubre
Luz que se apaga en el crepúsculo
de un día de octubre, tan dorado.
La pobre mujeruca enciende un cabo
de vela, en su pequeña estancia,
y no la importan Ptolomeo ni Copérnico;
ni que el sol se haya ido,
o César haya muerto.
Es un poder autónomo.
La gloria del poeta
Los Césares antiguos
coronaban con laurel a los poetas,
y ni un as se gastaba en casa de éstos,
en sazonar los guisos. Pero
ya no hay gloria inmarcesible,
porque el laurel ya no se usa en la cocina.