«Un hombre es la suma de sus propias desgracias».
(William Faulkner, El ruido y la furia)
«Pedro Rojas, así, después de muerto
se levantó, besó su catafalco ensangrentado,
lloró por España
y volvió a escribir con el dedo en el aire».
(César Vallejo, España, aparta de mí este cáliz)